
Por las noches, las dudas me asaltan...
dejarlo asi...No puedo...
mis pasos me llevan...
Voy trashumando espacios inconexos...
Arremeto...
Despues que????
Mi cuerpo sin armazón no soporta las esperas , las caminatas por lugares abiertos, los apoyos poco firmes. Pero en una tarde de sol, por la veredda ancha de Cerrito al 100, se anima a caminar unos metros solo, erguido, mientras mi mano sigue con eficacia_¡Así debo creerlo, Dios mío!_ una forma saliente en la pared.
A veces pienso que no son muchos 30 años para aprender a pasar de los asientos a los lechos, de los apoyos en la mesa de bar al hombro de un amigo; todo sin aparentar mi miedo, mi dependencia. Ahora todo esto es claro para mi: camino rozando las paredes porque mi cuerpo no tiene armazón. Cuando llegue al bar me sentaré -velozmente- después de alejarme de mi apoyo con un envión. ¿Y si no hay mesa libre? Entonces mirare hacia dentro, desde la puerta recorreré el bar con la mirada como buscando a alguien, y me alejaré siguiendo otra pared, la de Bartolome Mitre
Apología Tanguera
Tango rante que tenés
el alma de un cachetazo,
que vas llevando un hachazo
en la frente y lo escondés;
de la cabeza a los pies
vestido de luto entero,
sos un símbolo canero
que va taconeando fuerte;
sos
vestidas de milonguero
Sos entre el camandulaje
un cacho de mala suerte;
sos el barbijo de muerte
que rubrica el sanalaje;
sos el alma del chusmaje
metida en un bandoneón;
sos la furca, la traición
y sos una flor de yuyo,
el piropo y el chamuyo
que perfuma el corazón.
Sos el lamento tristón
que, amarrocando sentidos,
te metés por los oídos
y escarbas el corazón.
sos el requiém compadrón,
el que gimió allá en París;
con tu canyengue, ¿me oís?,
vos fuiste el fiero remache
que hizo temblar el apache
y llorar a las Mimís.
Tango lindo que se estira
en un bandola atorrante
y que sale agonizante
mientras baila y se aspira...
¡Tango! Sos como una tira
de prepotencia y de mal;
sos lágrima y delantal,
sos velorio y cocaína,
y sos tristeza de mina
que se clava en un puñal.
Fuere quien fuere lo cierto es
que nos estira en un solo ademán purísimo
y luego nos reduce de a poco a casi nada
y claro nos arranca confesiones
quejas que son clamores
vértebras de alegría
esperanzas que vuelven
como los hijos pródigos
y sobre todo como los estribillos
Me jode confesarlo
porque lo cierto es que hoy en día
pocos
quieren ser tango
la natural tendencia
es a ser rumba o mambo o chachachá
o merengue o bolero o tal vez casino
en último caso valsecito o milonga
pasodoble jamás
pero cuando Dios o Pichuco o quien sea
toma entre sus manos la vida bandoneón
y le sugiere que llore o regocije
uno siente el tremendo decoro de ser tango
y se deja cantar y ni se acuerda
que allá espera
el estuche.
Aprendí todo lo malo,
aprendí todo lo bueno,
sé del beso que se compra,
sé del beso que se da;
del amigo que es amigo
siempre y cuando le convenga,
y sé que con mucha plata
uno vale mucho más.(...)
Toda carta tiene contra
y toda contra se da!(...)